13 diciembre, 2017

Comunicado a la ciudadanía




CARTA PUBLICA A LA CIUDADANIA:
EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA, LOS DERECHOS SOCIALES, Y EL AUTOGOBIERNO DE AYUNTAMIENTOS Y COMUNIDADES AUTÓNOMAS:
EXIGIMOS LA DEROGACION DE LA LEY ORGANICA DE ESTABILIDAD PRESUPUESTARIA Y SOSTENIBILIDAD FINANCIERA
El gobierno del estado, a través del Ministerio de Hacienda, ha intervenido recientemente las cuentas del ayuntamiento de Madrid impidiendo la aplicación de políticas públicas y sociales que benefician a la mayoría de la ciudadanía y especialmente a la población más vulnerable.
Esta tutela autoritaria del ayuntamiento de Madrid se realiza en aplicación de la “Ley orgánica de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera”, que entró en vigor el 1 de mayo de 2012 tras su aprobación en el Congreso de Diputados con el apoyo del PP, UPyD, UPN y CiU. Esta Ley, se inspira en la contrarreforma de la constitución española mediante el artº 135, que tuvo el apoyo del PSOE y PP en septiembre de 2011, y anticipa en España el “Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria” en vigor desde el 1 de enero de 2013.
En una Carta pública enviada al Congreso de los Diputados el 1 de febrero de 2016, suscrita por personas del ámbito de la política, la cultura y los movimientos sociales, se denunciaba las consecuencias negativas que dicha legislación tendría sobre el bienestar de la mayoría social, al blindar las políticas de ajuste y austeridad impuestas por la Comisión Europea y el BCE, imponiendo objetivos arbitrarios sobre el déficit, la deuda y el gasto social públicos, opuesta a considerar otras políticas económicas alternativas, como las medidas de progresividad fiscal y lucha contra el fraude, recuperación de soberanía económica y popular, o sin tener en cuenta la propia evolución dela coyuntura económica, etc.
También se advertía en dicha Carta sobre la ruptura del equilibrio institucional entre el Gobierno central, el de las Comunidades autónomas, y el autogobierno municipal, y que la recentralización del estado que se ponía en marcha agravaría las tensiones territoriales en España.
Estos temores se han visto ampliamente confirmados. Como consecuencia de dicha legislación retrógrada nos encontramos ante la creación de un Estado “Gendarme” al servicio de los intereses de las élites que explotan y defraudan fiscalmente y que a su vez se arrodilla servilmente ante las oligarquías centroeuropeas y la banca y fondos transnacionales.
Ni siquiera la relativa mejora de la coyuntura económica ha permitido flexibilizar la aplicación de la legislación que blinda las políticas de privatizaciones y recortes sociales. En realidad, se trata de imponer a cualquier precio el objetivo de dominación de un Gobierno neoliberal en minoría parlamentaria. El gobierno de mariano Rajoy quiere evitar que las políticas sociales de los ayuntamientos del cambio puedan fructificar, hacerse visibles, y alentar la esperanza de cambio entre la mayoría social.
La intervención del Ministro Montoro sobre las cuentas del ayuntamiento de Madrid, y previamente sobre las cuentas de la Generalitat de Cataluña, lanza un mensaje amenazante al autogobierno de los ayuntamientos de España y de las Comunidades autónomas.
El actual gobierno del ayuntamiento de Madrid, que ha tenido que gestionar con notable éxito la gigantesca deuda heredada y la desastrosa gestión trufada de corrupción y fraude de los anteriores alcaldes del PP, merece nuestro apoyo y solidaridad.
La defensa de la democracia, del derecho al autogobierno en ayuntamientos y comunidades autónomas, para impulsar políticas sociales y de inversión pública en beneficio de la mayoría de la ciudadanía, son incompatibles con las leyes que imponen de manera dogmática las políticas de ajuste y austeridad.
En consecuencia, las personas abajo firmantes, llamamos a adherirse a esta Declaración y movilizarse por el objetivo de derogar la “Ley orgánica de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera”, elevar esta demanda al Congreso de los Diputados, así como exigir la dimisión del Ministro de Hacienda Sr. Cristobal Montoro, amigo de quienes defraudan al fisco y enemigo de los ayuntamientos e instituciones que gobiernan a favor del pueblo.
Noviembre 2017

Primeros firmantes
Julio Anguita González
Concepción Abellán Carretero, activista de Vamos
Felipe Alcaraz Massat, expresidente del PCE
Alberto Álvarez Vega, taxista y activista Elite taxi
Alejandro Andreassi Cieri, profesor (jubilado) de Historia Moderna y Contemporánea-UAB
Pedro Antunez Marin, profesor y sindicalista USTEA
Mariano Aragón Pascual, director de ACIM (As. Catalana de Investigación Marxista)
Mª José Aubet Semmler, filósofa, socióloga, y activista contra los Tratados de la UE
Ventureta Ballus i Vinyallonga viuda de SANS – contable jubilada
Toni Barbarà Molina, médico, activista de Marea Blanca
M. Antonia Barón Fernández, auxiliar Administrativa
Javier Bernad Aguilar, técnico comercial
Françoise Bonnetier Sourjac, profesora jubilada
Jaume Botey Vallés, profesor de historia de la Universidad Autónoma de Barcelona
Antonio Bujalance Cantero, secretario organización USTEA Córdoba
Rosa Cañadell Pascual, activista ILP de Educación y de Socialismo21
Rafael del Castillo Gomariz, activista antidesahucios Córdoba
Marcos de Castro Sanz, Jubilado
Washington Castro Mendez, Músico
María Teresa Cebrián Luque, Front Cívic
María José Coma Menéndez
Jorge Cortegana López, trabajador de SEAT (exdespedido)
Luis Cruz Miravet, sociólogo
Xesus Diaz Diaz, ex-secretaio xeral de CCOO de Galicia
Eva Mª Durán Blanco, periodista
Albert Escofet Sanchez, Plataforma Republicana
María Neus Escofet Sanchez, activista social
Santiago Fernandez Vecilla, miembro de Socialismo 21
Joaquin Fernandez Velazquez, médico
Ramon Franquesa Artés, profesor economía mundial Universidad de Barcelona, Coordinador Front Cívic de
Cataluña
Carmen García Ballesteros, Mesa estatal Frente Cívico
Juan García Ballesteros, profesor jubilado, presidente del Colectivo Prometeo de Córdoba
Maria Pilar Genovès Cailà, ama de casa y jubilada
Manuel Gómez González, miembro Comité de Empresa DAMM
Ildefonso Gómez Martínez, abogado Plataforma contra la impunidad del franquismo
Luis González Edreira, Maestro Industrial / Jubilado
Alberto Herbera López, trabajador de SEAT
Daniel Hierro Fresno, diputado de Podemos del Parlamento de Extremadura
Ignacio Jardón Arango, jubilado
Pedro Jimenez Muñoz, Front Cívic Prat de Llobregat
Rafael Jiménez García, activista Marea blanca y solidaridad con Cuba
Pere Jódar Martínez, Profesor de Sociología Universidad Pompeu Fabra
Salvador Jove i Peres, exEuropidutado
Pedro López López, profesor UCM
Antoni Lucchetti i Farre, economista y abogado
Patrizia Manzo Apice, activista social
Pere Mariné Jové, ingeniero, activista contra el turismo masivo y miembro Coordinadora CatComu
Manolo Marrero Morales, diputado Podemos Tenerife al Parlamento Canario
Pilar Martin, activista Marea Blanca y feminista Frida Kahlo
José Martínez Coy, activista social
Carlos Martinez García, co-primer secretario Alternativa Socialista
Manuel Martínez Llaneza, profesor Titular de Universidad
José Manuel Martínez Monereo, FCSM Pais Valenciano y miembro Mesa Estatal
Joan Mestres Giménez, activista movimiento desempleados
Francisco Molina Romero, jubilado de SEAT
Ivan Molinos Meire, sindicalista
Manolo Monereo Pérez, diputado de Unidos Podemos por Córdoba
Anna Monjo Omedes. Editora
Jordi Juan Monreal, miembro de la Cooperativa Colectivo Ronda
Juan Montero Ruiz, activista de los movimientos sociales
Pedro Montes Fernandez, economista, presidente de Socialismo 21
Pascual Moreno Torregrosa, Ingeniero agrónomo
Celestino Navarro Amorós, publicista y militante de EUPV
Juan Manuel Navarro Reina, Técnico en comunicación
José Antonio Naz Valverde, portavoz de Córdoba laica
María Dolores Nieto, concejal de Jaén en Común del ayuntamiento de Jaén
Arcadi Oliveres, Economista
Ignasi Orobitg Gené, agricultor apicultor
Francisco Palacios Romeo, profesor Titular de Derecho Constitucional (Universidad de Zaragoza)
Jose Maria Parramon Homs, economista.
Miquel-Dídac Piñero Costa, libertario, pensionista, ex librero
Tomás Ramírez, FCSM Aragón y miembro Mesa estatal
Valentín Redondo González, activista sindical de CCOO
Clara Rivas Sugrañes
Juan Rivera Reyes, Coordinador Frente Cívico estatal
Lara Rodríguez Cánovas, Abogada
Pedro Ignacio Rojas Planas, profesor de secundaria
Carlos Ruiz Escudero, ingeniero
Domiciano Sandoval Valbuena, activista Marea Pensionista
Gabriel Sanz, profesor
Isabel Sanz, activista Marea Blanca y feminista Frida Kahlo
José Sarrión Andaluz, diputado IU en Junta Castilla-Leon y Coord. general IU Castilla-Leon
Santiago Silva Camps, profesor
Joan Tafalla Monferrer, maestro de primaria jubilado
Diosdado Toledano González, activista social
Agustín Velloso, profesor de la UNED
Núria Vidal de Llobatera Pomar, bióloga, Ecologistes en Acció



22 julio, 2017

El tratado contra las armas nucleares ya está aprobado, ahora toca ponerlo en marcha

Santiago González Vallejo

19/07/2017




La Asamblea de las Naciones Unidas ha aprobado el 7 de julio el tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, que será jurídicamente vinculante cuando alcance el número previsto de ratificaciones.

El tratado considera que un mundo libre de armas nucleares es un bien público mundial y se basa en los principios y normas del derecho internacional humanitario. Fija la prohibición de “desarrollar, ensayar, producir, fabricar, adquirir de cualquier otro medio, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares” y también prohíbe –y esto podría afectar a España- “el emplazamiento, la instalación o el despliegue de armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares en su territorio o en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control.

Este objetivo de eliminar las armas nucleares ha sido un elemento fundador de las Naciones Unidas. De hecho, su primera resolución, el 24 de enero de 1946, ya hacía un llamamiento a la eliminación de las armas nucleares y, a trancas y barrancas, muchos gobiernos han aprobado –con lagunas y agujeros- otros tratados como el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, o de prohibición de armas biológicas, químicas, minas anti-personas y bombas de racimo. También hay que recordar los precursores tratados de zonas libres de armamento nuclear, como los de Tlatelolco que hace 50 años prohibió la introducción de armas nucleares en América Latina y el Caribe, tras la crisis de los misiles en Cuba en 1963; el del Pacífico Sur (Rarotonga,1985); Sudeste Asiático (Bangkok, 1995); África (Pelindaba, 1996, posible tras el abandono de construcción de bombas atómicas por parte de Sudáfrica, aunque no pudo evitar los escarceos de Libia); Asia Central (2006); y por último, Mongolia. En total, son 116 los países los que forman parte de los tratados de zonas de libres de armas nucleares. En esos países, y otros, como Irán, puede intervenir la Agencia de Energía Atómica para realizar inspecciones y verificar la inexistencia o no de armas nucleares. No así en otros, particularmente en los que no han suscrito el tratado de no proliferación de armas nucleares, como Israel.

El movimiento contra las armas nucleares es casi tan antiguo como su existencia. Entre las personas que han tirado de este carro se cuentan desde los hibakusha, aquellos supervivientes japoneses de Hiroshima y Nagasaki, Bertrand Russell y Albert Einstein, y sus continuadores de las conferencias Pugwash,… En este sentido, hay que hacer constar la recogida de más de siete millones de firmas (muchas de ellas de trabajadores japoneses) por el movimiento sindical internacional organizado a través de la Confederación Sindical Internacional en el año 2009, reclamando que se eliminasen las armas nucleares antes del año 2020.

Pero también ha habido gobiernos remisos y contrarios al tratado, encabezados por las potencias con capacidad nuclear actual: Estados Unidos, Rusia (Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania, acordaron con Rusia la transferencia de sus ojivas nucleares), Reino Unido, Francia, Israel, China, India, Pakistán y Corea del Norte. Junto a éstas sus aliados próximos, países de la OTAN en los que Estados Unidos tiene depósitos de armas nucleares, Bélgica, Holanda, Alemania, Italia y Turquía. Pero, por fortuna, han sido mayoría los estados que han apoyado el tratado. Empezando por el que se considera promotor, Austria, después de organizar la tercera Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares (2014). A continuación, fue la Asamblea General (saltándose los criterios del Consejo de Seguridad, siempre dirigidos por las potencias nucleares más antiguas) la que asumió la responsabilidad y ya en el año 2016 propuso un grupo de trabajo para la elaboración del tratado jurídicamente vinculante. La UE ha sido desde el principio renuente a este tratado. Así, en la votación de la formación del grupo de trabajo, 21 de los países de la UE se opusieron (España entre ellos), 2 se abstuvieron y sólo 5 estuvieron a favor (Austria, Chipre, Irlanda, Malta y Suecia). En la votación final del 7 de julio, la Unión Europea mostró su falta de consenso y vergonzosamente pidió a sus miembros que se ausentasen de la votación, cosa que hicieron 22 (entre ellos España), repitiéndose los países a favor del tratado y encima Holanda votó en contra (¡).

El Gobierno de España mostró así su cara más sumisa a otros poderes. Contradiciendo sus mandatos.

Sí, porque en el famoso referéndum de la OTAN, en el apartado segundo se decía que “se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español”. Pero es evidente que no hacer preguntas, ni inspecciones a aeronaves y barcos, incluyendo a los de propulsión nuclear y antimisiles (que son misiles) en las bases permanentes de Bétera, Morón, Rota y Torrejón, como aparecen en los diversos acuerdos entre España y Estados Unidos y la OTAN, evita cumplir promesas y hacer las comprobaciones necesarias, hasta que haya accidentes, ojalá que no, como en Palomares o en Thule (Dinamarca).

Los gobiernos del PP, con el apoyo del PSOE entre otros, son los que ha firmado ese tipo de últimos acuerdos de no preguntar ni inspeccionar con Estados Unidos y la OTAN. Estos gobiernos del PP son los que también han llevado su oposición al tratado de prohibición de las armas nucleares de las Naciones Unidas en el año 2016. También, más recientemente, cuando el PSOE propuso en junio de 2017 una proposición no de ley para que España participase activamente y apoyase ese tratado. En esa ocasión, los del PP sabiendo que iban a perder, por el apoyo del resto de los partidos a esa iniciativa, se abstuvieron, acusando al resto de partidos de ‘buenismo’ estéril. Pero el 7 de julio, a pesar de que el cuerpo legislativo había reclamado apoyo al tratado, haciendo caso omiso, los delegados del gobierno de España se ausentaron de la sala de las Naciones Unidas sin votar a favor en ese día histórico.

La consecución del tratado nos debe de dar fuerzas para continuar la tarea de hacer un mundo más habitable, ampliar las zonas libres de armas nucleares -¿la Península Ibérica y las islas de soberanía hispano-portuguesa?-, limitar la capacidad de los países nucleares y cambiar la correlación de fuerzas para revocar la pertenencia de España en la OTAN.


Santiago González Vallejo es economista y pertenece al Área Internacional de la Unión Sindical Obrera.












22 mayo, 2017

PETICIÓN CONTRA LA OTAN A LOS GRUPOS DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS




Con motivo de la movilización internacional contra la OTAN, sobre la que se está organizando una Concentración en Madrid para el día 25 de mayo, compañeros de las Organizaciones y Colectivos Contra la Guerra y la OTAN hicieron entrega de una Carta a todos los Grupos Parlamentarios del Congreso de los Diputados, recordándoles sus obligaciones con respecto a la defensa de la soberanía, traicionada por la pertenencia a la OTAN y la presencia de las bases norteamericanas en nuestro territorio.

(Descargar imagen  ejemplo de una de las CARTAS)

(Enlace a la CONVOCATORIA a la Concentración)





10 abril, 2017

Voto histórico en la ONU indica que las armas nucleares serán ilegales en 2017


A pesar de la enorme presión de Estados Unidos, 123 naciones, todas con igual posición en la Asamblea General de la ONU, votaron por iniciar un proceso en 2017 para negociar la prohibición de las armas nucleares. ¿Por qué no circulan estas noticias como un reguero de pólvora? ¿Por qué no hay celebraciones en las calles?





Hacia finales de octubre ocurrió algo histórico en las Naciones Unidas.
A pesar de la enorme presión de Estados Unidos, 123 naciones, todas con igual posición en la Asamblea General de la ONU, votaron por iniciar un proceso en 2017 para negociar la prohibición de las armas nucleares. ¿Por qué no circulan estas noticias como un reguero de pólvora? ¿Por qué no hay celebraciones en las calles?
Bueno, una razón es que ya nadie toma en serio la amenaza que son las armas nucleares contra la humanidad. Y cuando decimos “nadie” nos referimos a los principales medios de comunicación, los que dan al tema casi ningún espacio en sus periódicos, estaciones de radio, sitios web y estaciones de televisión. Por lo tanto, “nadie” en este caso significa los magnates de los medios de comunicación que están en alianza con los bancos, los políticos y el complejo militar-industrial para mantener el statu quo durante el mayor tiempo posible, independientemente de las consecuencias para la humanidad, dado que estas personas sólo son capaces de pensar en la cantidad de dinero que pueden hacer en el presente y tal vez en unos años en el futuro.
Otra razón (en realidad, una extensión de la primera) es que la mayoría de la gente seguramente piensa que las armas nucleares ya son ilegales. Si las armas químicas y biológicas son ilegales, si las minas terrestres y las bombas de racimo son ilegales, ¿no lo serán también desde hace años las armas nucleares, siendo éstas mucho más destructivas? ¿Acaso el mundo no eliminó las armas nucleares cuando cayó el Muro de Berlín?
Bueno, en realidad, no. A pesar de la oferta que Gorbachov ofreció a Reagan para erradicar las armas nucleares, nunca sucedió, aunque hubo reducciones en el número de bombas a través de varios tratados. Hoy en día, Estados Unidos y Rusia tienen alrededor de 14.000 bombas (dependiendo de a cuál de las estimaciones realizadas se crea), que es mucho menos de las 80.000 a las que se llegó durante la guerra fría, pero siendo aún un gran número, si se entiende que 100 bombas lanzadas sobre ciudades conducirían a un invierno nuclear que eliminaría al 25% de la población mundial, y quién sabe a cuántas otras especies, y esencialmente llevaría a cualquier superviviente al suicidio.
Pero, independientemente del silencio mediático y de la falta de celebraciones en las calles, ya se hizo historia, y de una manera extraordinaria.

Desde el final de la conferencia de revisión del TNP de 2010 -la conferencia quinquenal que examina los progresos del Tratado de No Proliferación Nuclear para ver cómo se está desarrollando el desarme y recomendar nuevas medidas- algunos gobiernos y la sociedad civil han reorientado el debate sobre el desarme alejándolo de las supuestas “preocupaciones de seguridad” del P5 y de las “preocupaciones humanitarias”: el hecho de que una guerra nuclear sacará a los seres humanos y probablemente a todas las formas de vida -excepto quizás unos cuantos insectos de vida corta y bacterias – de la faz de la tierra.
En otras palabras, de acuerdo con esta nueva estrategia, independientemente de las preocupaciones de seguridad, si una guerra nuclear estalla, todos perdemos. Einstein dijo: “No sé con qué armas se librará la III Guerra Mundial, pero la IV Guerra Mundial será combatida con palos y piedras”. Sin embargo, con los nuevos conocimientos disponibles gracias a los avances de la ciencia climática, Einstein puede haber sido demasiado optimista: no habrá una IV Guerra Mundial, nunca.
El TNP era un gran trato: los que no tienen armas nucleares, nunca las conseguirán; los que tienen armas nucleares se desharán de ellas, y todos tendremos el derecho a desarrollar energía nuclear. Fue una gran idea en ese momento (1968) porque nadie entendió completamente los peligros de la energía nuclear, algo que sólo impactó a la conciencia humana con los accidentes en Three Mile Island y los desastres posteriores en Chernobyl y, más recientemente, en Fukushima.
El problema con la gran negociación es que no se ha cumplido 47 años después, y los países que carecen de armas nucleares están hartos de ser mantenidos como rehenes por los estados con armas nucleares ante la amenaza de una enorme violencia nuclear. Y no importa que los P5 digan de ellos mismos que son países “responsables”; sus doctrinas de seguridad permiten el uso de estas armas y, como un ladrón de banco blandiendo una pistola alrededor, no importa si hay balas en ella o no, el hecho de que él o ella tenga una en la mano constituye el uso.
El proceso de aprobación de esta resolución ha sido difícil. A pesar de la supuesta igualdad de los Estados miembros en la ONU, hay claramente algunos estados que son más iguales que otros. Los P5 tienen un veto en el Consejo de Seguridad, y las diferencias económicas son tales que los países desarrollados son capaces de manipular a los países en desarrollo.
Sin embargo, para el deleite de todos en el movimiento antinuclear de la sociedad civil y entre los 57 gobiernos que patrocinaron la resolución, muy pocos países se sometieron a la presión y 123 países votaron por iniciar negociaciones el próximo año.
Y la posición de los Estados poseedores de armas nucleares y de los que existen en virtud de un acuerdo de defensa denominado “paraguas nuclear”, nunca ha estado más dividido. De los nueve países con armas nucleares, cinco (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia e Israel) votaron en contra de la resolución, tres (China, India y Pakistán) se abstuvieron y uno (Corea del Norte) votó a favor de la resolución.
De los estados paraguas nucleares, los Países Bajos se obligaron a abstenerse como resultado de una campaña de la sociedad civil cada vez más eficaz en el parlamento holandés, absteniéndose también Armenia, Bielorrusia y Kirguistán.
Japón votó en contra de una prohibición: algo que constantemente deja a los observadores sorprendidos dado que es el único país con conocimiento directo de lo que significa tener una bomba lanzada sobre sus ciudades.
Al final de la votación, los países usaron sus ya conocidos discursos para apoyar sus posiciones. Algunos países dijeron que temían que el nuevo proceso podría debilitar el TNP, a pesar de que los países de apoyo han expresado una y otra vez que esta resolución no hará más que fortalecer el artículo VI del TNP. Otros dicen que el nuevo proceso es divisivo, contentándose con el statu quo en el cual nada se ha movido en las conversaciones de desarme en 47 años: El Tratado de Prohibición de Pruebas no ha entrado en vigor, el Tratado de Material Fisible no ha sido escrito, EE.UU. se ha retirado del Tratado de Misiles Antibalísticos y todavía estamos esperando discusiones sobre una zona libre de todas las armas de destrucción masiva en el Medio Oriente. Además de esto, todos los países que poseen armas nucleares están elaborando planes para modernizar sus arsenales, o están en proceso de modernizarlos, a un costo astronómico para la economía mundial y los pobres del mundo.
El nuevo tratado ciertamente no pondrá un arma nuclear fuera de uso el día de su ratificación, pero hará que sean efectivamente ilegales ante los tribunales internacionales y las corporaciones multinacionales y los bancos que no desearán que el público en general sepa que están involucrados con algo ilegal, por lo que el tratado aumentará la presión para que vayan desprendiéndose. Las campañas de la sociedad civil para estigmatizar las armas nucleares serán enormemente impulsadas y ningún político podrá decir nunca que el TNP otorga a su país el derecho legal de mantener armas nucleares y, en última instancia, es por ello que los Estados Unidos (y sus amigos) estaban tan ansiosos por evitar que esta resolución sea presentada a la Asamblea General.
Y es por eso que su aprobación es tan histórica. Aquellos que por décadas han acusado a otros estados de ser naciones “irresponsables” y “parias”, ahora se encontrarán en el extremo receptor de esas acusaciones, y por una muy buena razón.
Tony Robinson





27 marzo, 2017

Hablando de «Ante nuestros ojos»




ENTREVISTA A THIERRY MEYSSAN

Hablando de «Ante nuestros ojos»

En ocasión de la publicación de su nuevo libro Sous nos Yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump, actualmente en proceso de traducción al español y a otros idiomas, Thierry Meyssan habla de ese trabajo en entrevista concedida a través de Internet.

 | DAMASCO (SIRIA)  




 Red VoltaireThierry Meyssan, acaba de aparecer su nuevo libro Sous nos yeux 10 años después de la publicación del anterior. ¿De qué trata y por qué dejó pasar tanto tiempo?
Thierry Meyssan: Hace 16 años, yo denunciaba el golpe de Estado del 11 de septiembre. Lo que yo anticipaba en aquel momento efectivamente tuvo lugar: los responsables de aquella operación instauraron un estado de emergencia permanente en Estados Unidos e iniciaron una serie de guerras imperialistas. Mucha gente sólo retuvo de aquel libro el corto pasaje sobre el atentado del Pentágono pero es un libro de ciencias políticas que debería tomarse muy en serio.
No entiendo por qué me preguntan si sigo «creyendo» todavía lo que escribí en 2002: estoy viéndolo, estoy viviéndolo diariamente. Las ciencias políticas son ciencias empíricas: entre las hipótesis, sólo es posible distinguir las que son ciertas de las que son falsas a través de sus consecuencias. Y el tiempo me ha dado la razón.
Hace más de un año que Francia se halla bajo un estado de emergencia, mientras que todas esas guerras han devastado el Medio Oriente Ampliado y dejado más de 3 millones de muertos. Incluso están extendiéndose a Europa con flujos migratorios y atentados terroristas.
En Sous nos yeux [en español “Ante nuestros ojos”] he querido pasar revista a la planificación de esas guerras y explicar quién las decidió, por qué y de qué manera. Los occidentales abordan ese fenómeno de manera secuencial. Para ellos, en general, no hay relación entre lo sucedido en Afganistán, en Irak, en Túnez, en Egipto, en Libia, en Yemen y en Siria. Dan por sentado que todos esos pueblos aspiran a la democracia pero que ninguno de ellos es capaz de establecerla.
Detrás de esas apariencias discontinuas hay un plan general que afectó primeramente el Medio Oriente Ampliado y que ahora se extiende a Occidente.
Red VoltaireDe hecho, su libro aparece precisamente en momentos en que la expresión «post-verdad» está particularmente de moda en los medios masivos (para denunciar exclusivamente la supuesta propaganda de la Rusia de Putin y las también supuestas mentiras de Trump) y en que el «diario de reverencia atlantista» se autoproclama como una especie de MiniVer (Ministerio de la Verdad) con su indescriptible Décodex… El libro que usted nos propone muestra hasta qué punto están invertidos los valores y que estamos viviendo en un mundo que se ha hecho más que nunca verdaderamente orwelliano. ¿Queda aún alguna esperanza?
Thierry Meyssan: En Occidente, acabamos de entrar, con la campaña anti-Trump, en la primera fase de la propaganda propiamente dicha, porque es la primera vez que el sistema arremete contra la función que hasta ahora había presentado como suprema. Aparece, en este caso, una evidente contradicción entre las técnicas de «relaciones públicas» y las técnicas de la «propaganda». En efecto, Donald Trump es un especialista en las primeras pero es una víctima de las segundas.
Una de las características de la propaganda es que sustituye al espíritu crítico. Cuando estábamos en la escuela, no pensábamos que un texto tenía más valor porque fuese de tal o mas cual autor, lo juzgábamos por su contenido. Aprendíamos a leer de manera crítica. La Democracia se basa en ese principio: tenemos que prestar atención a lo que dice cualquier ciudadano, mientras que la monarquía sólo concedía la palabra a la nobleza y a la iglesia –hoy diríamos a los políticos y los periodistas.
Décodex hace exactamente lo contrario. Califica a priori un artículo de cierto o falso según su procedencia. Eso es intelectualmente estúpido y profundamente antidemocrático.
A ustedes no se les ha escapado el hecho que el Décodex está vinculado simultáneamente a la Entente de medios creada por una misteriosa ONG, First Draft, y al estado mayor militar de la Unión Europea. De hecho, [el diario francés] Le Monde, al hacer suya esa iniciativa, está muy lejos de poder reivindicar el estatus de simple órgano de prensa. Y, en respuesta a su pregunta, la esperanza no reside en los medios en general sino en que seamos capaces de resistir.
Red VoltaireEl uso intensivo de la propaganda para vender una guerra no es ciertamente una novedad. Pero con Libia y Siria tenemos la impresión de que se han alcanzado niveles altísimos, raramente vistos anteriormente, exceptuando quizás el momento culminante de la Primera Guerra Mundial, como señalaba últimamente, entre otros, Patrick Cockburn en CounterPunch.
Thierry Meyssan: Sí, pero esa comparación es válida sólo para el Reino Unido –o más exactamente para su metrópolis– y Estados Unidos, cuyo territorio no se vio afectado por la guerra y que dominaban la propaganda moderna. En aquella época, Rusia, Alemania y Francia ni siquiera sabían en qué consistían esas técnicas.
La primera novedad es la importancia que tiene actualmente la actividad audiovisual y el uso, más frecuente de lo que parece, de imágenes de ficción que se presentan en los noticieros como si fuesen reportajes auténticos. Me refiero, por ejemplo, a secuencias de imágenes sobre la falsa «revolución verde» en Irán y las imágenes de la supuesta entrada de los rebeldes en la Plaza Verde de Trípoli, en Libia. Esa mezcla de ficción y realidad acaba de triunfar con la entrega, por parte de Hollywood, de un premio en la categoría de documental a al-Qaeda por su puesta en escena de los Cascos Blancos (White Helmets) en Alepo.
La segunda novedad es la creación de una coordinación internacional entre gobiernos aliados para acreditar su propia propaganda. Eso comenzó con el Buró Conjunto de Comunicaciones Globales de la Casa Blanca y de Downing Street [residencia oficial del primer ministro británico]. Hoy en día, esa coordinación la realizan la StratCom Task Force de la Unión Europea y el Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN.
Red VoltaireTodo el mundo sabe que «en tiempo de guerra, la verdad es la primera víctima», todos recordamos al menos algunas manipulaciones y mentiras que la prensa repitió unánimemente en el pasado. Pero, ¡todos siguen cayendo en la trampa una y otra vez! A veces tenemos la impresión de que, como se dice, «mientras más increíble, más fácilmente se lo tragan». Basta con que lo digan la mayor parte de los medios. A pesar de todo, no todos los periodistas –ni los políticos– son vendidos ni estúpidos. ¿Cómo explicar entonces esta ceguera colectiva, este trance consensual de los medios y los políticos?
Thierry Meyssan: La prensa ha cambiado profundamente en los últimos años. En Estados Unidos el número de periodistas disminuyó en dos tercios desde los hechos del 11 de septiembre. En realidad, ya casi no hay periodistas sino muchos redactores que adaptan los despachos de agencias a diferentes públicos. Eso es completamente distinto.
Además, la lógica comercial ha prevalecido ampliamente sobre la preocupación por informar. Violar la Carta de Munich, documento que establece los derechos y deberes de los periodistas, se ha hecho algo cotidiano para la mayoría de ellos sin suscitar la menor condena, ni de parte de la profesión, ni de parte del público. Por ejemplo, nadie protesta cuando la prensa publica la contabilidad de un banco o de un gabinete de abogados, supuestamente en busca de gente que defrauda el fisco; ni cuando un diario publica un acta que debería permanecer secreta en el marco de un proceso de instrucción, supuestamente con intenciones de revelar las ilegalidades cometidas por un acusado. ¿Qué pasa entonces con la debida confidencialidad de esas profesiones? ¿Realmente quiere usted que la prensa pueda divulgar todas las operaciones bancarias que usted hace y el expediente de su divorcio? ¿Quiere usted ser designado como culpable sólo por haber sido interrogado por un magistrado? Entonces, ¿por qué acepta usted eso cuando se trata de personas conocidas?
Para terminar sobre este punto, la prensa y sus lectores ya no buscan entender el mundo y se han vuelto crueles. Hace 20 años, mis lectores me escribían reprochándome que criticaba a tal o más cual individuo sin mencionar sus méritos. Hoy sucede lo contrario, me reprochan rendir homenaje a tal o más cual personalidad sin mencionar que se le acusa de esto o de aquello.
Es porque hemos aceptado esta deriva que nos hemos hecho crédulos, no lo contrario. Los responsables políticos han adoptado nuestro comportamiento colectivo. Y cuando se le pregunta al presidente [francés Francois] Hollande por qué tomó tal o mas cual decisión en política exterior, lo que responde es que tenía que reaccionar a las expectativas de la prensa. O sea, él no decide su política exterior después de recibir los informes de su administración y de haber conversado con sus consejeros sino leyendo el periódico.
Hemos llegado a un sistema circular: los periodistas siguen a los políticos, que a su vez siguen a los periodistas. Ya nadie está en contacto con la realidad.
Red VoltaireNumerosos libros han abordado el tema de las «primaveras árabes», casi todos proponiendo una lectura simplista de hechos que se desarrollan de forma espontanea –el famoso «viento de libertad» que barre a los dictadores establecidos– conforme a la visión romántica, incluso ingenua, parisina, de la Revolución Francesa. En ese contexto, el libro de usted es una nota discordante, ¡es lo menos que se puede decir! ¿Cómo se justifica el análisis que usted hace? O, para plantear la pregunta de otra manera, ¿por qué no es pura y simplemente «conspiracionista»?
Thierry Meyssan: Primeramente, durante la Revolución Francesa, el rey traicionó al buscar la ayuda de los ejércitos extranjeros para reprimir a su pueblo. Así que fue destituido. Pero el jefe de Estado no fue destituido por su pueblo en ninguno de los 7 países donde se desarrollaron esas primaveras árabes. ¿No le parece extraño?
Disponemos además de numerosos testimonios y de varios documentos que demuestran que los anglosajones prepararon esos acontecimientos desde el año 2004. Como siempre existe un periodo de tiempo entre el momento en que se toma la decisión, el despliegue de los elementos necesarios y la concretización del proyecto, y como no tenemos nada de memoria, nos sorprendimos ante algo que ya se nos había anunciado.
No malinterprete lo que acabo de decir. Es cierto que hubo movimientos de protesta en cada uno de esos países, pero ninguno fue una revolución tendiente a derrocar al jefe de Estado y a democratizar la sociedad. Estamos proyectando nuestra propia fantasía en acontecimientos que son de otra naturaleza.
Las «Primaveras Árabes» no son más que la reedición de la «Gran Rebelión Árabe de 1916»: un movimiento que en aquel momento todos creyeron espontáneo. Pero todos los historiadores coinciden actualmente en describirlo como enteramente concebido y manipulado por los británicos. La diferencia es que esta vez no hubo una figura romántica como Lawrence de Arabia, quien llegó a creer en las promesas de sus superiores de Londres. Todo eso se dirigió con un perfecto cinismo.
Red VoltaireThierry Meyssan, quienes le siguen a usted y leen regularmente lo que usted escribe saben que es usted un hombre de paz. Desde hace más de 6 años está usted presente en el terreno donde se desarrollan estos conflictos y por eso su mirada y sus análisis tienen un valor extraordinario y merecen como mínimo ser escuchados. Sin embargo, usted cuenta como ha sido en ocasiones actor de los acontecimientos –tanto en Siria como en Libia, en Irán y en Rusia. Se impone entonces la siguiente pregunta. Sin acusarlo a usted de ser «el amigo de los mollahs y de los peores dictadores» –lo cual sería una acusación completamente estúpida– ¿no podríamos pensar que su lucha contra el imperialismo le ciega? ¿O que está usted bajo la influencia de la propaganda del otro bando? ¡O incluso que usted mismo es un vector de esa propaganda!
Thierry Meyssan: Yo mismo me planteo esa interrogante cada día y espero que ustedes, los que viven del otro lado de la frontera, se hacen también esa pregunta en relación con ustedes mismos. Donde quiera que uno viva siempre se halla bajo la influencia de su medio. La situación de ustedes en Europa no es mejor que la mía aquí.
Cada uno de nosotros tiene que hacer un esfuerzo para ser objetivo. Eso no es espontáneo. En un conflicto, tenemos que tratar de entender cómo analizan las situaciones nuestros adversarios. No para combatirlos mejor sino para tener la posibilidad de acercarnos a ellos.
Ya establecida esa premisa y sabiendo que la responsabilidad política reside en el hecho optar siempre por la menos mala de las soluciones, no pretendo haber servido a santos ni a los mejores. Es por eso que no he estado al servicio de George W. Bush ni de Barack Obama, que destruyeron el Medio Oriente Ampliado; ni de Nicolas Sarkozy, que destruyó Libia; ni de Francois Hollande, que destruyó Siria. He estado al servicio de Hugo Chávez, que sacó a su pueblo del analfabetismo; de Mahmud Ahmadineyad, que industrializó Irán; de Muammar el-Kadhafi, que había eliminado la esclavitud en Libia; y de Bachar al-Assad, que ha salvado la República Árabe Siria de las hordas yihadistas. Nunca me pidieron hacer nada de lo que tuviese que avergonzarme y si me lo hubiesen pedido, yo no lo habría hecho.
Red VoltaireAl leer su libro uno siente una especie de vértigo porque lo que usted escribe es radicalmente diferente de la narración que se hace en Occidente. ¿Cómo es eso posible?
Thierry Meyssan: En Occidente no hay regímenes autoritarios pero allí la propaganda es cotidiana. Eso sucede porque esa propaganda no es impuesta desde arriba sino esperada abajo. La propaganda no triunfa porque no queramos saber la verdad sino porque no queremos conocer los crímenes que se cometen en nuestro nombre. Somos como los avestruces que meten la cabeza en la arena para no ver.
La mejor prueba de lo que digo es la campaña electoral por la presidencia de Francia. Hasta este momento, prácticamente ninguno de los candidatos ha dicho lo que haría como presidente. Todos explican lo que tendría que hacer su primer ministro en el plano económico, pero ninguno se atreve a hablar de la responsabilidad presidencial a la que aspiran, que son la política exterior y la defensa de la Patria. Sin embargo, en tiempos de globalización, es simplemente imposible obtener resultados económicos sin comenzar por reposicionar el país en la escena internacional. Pero son pocos los que aún se atreven a analizar las relaciones internacionales. Eso se ha convertido en tabú.
Red VoltaireLos atentados terroristas de Daesh y Al-Qaeda en Francia en los 2 últimos años modificaron un poco el discurso mediático, sobre todo después de las matanzas del 13 de noviembre en París. Los medios dieron repentinamente cierto eco a las voces disonantes –hasta entonces inaudibles– que cuestionaban la política francesa hacia Libia y Siria y también las relaciones especiales y privilegiadas que mantienen nuestros dirigentes con Qatar y Arabia Saudita. Pero después volvimos rápidamente al statu quo ante según el cual «Bachar» el verdugo tiene que irse…
Thierry Meyssan: Una vez más, ustedes toman las cosas al revés. El director general de la Seguridad Interior [francesa], Patrick Calvar, declaró ante una comisión parlamentaria que sabía quién ordenó los atentados pero que no lo diría. En efecto, no es él quien tendría que decirlo sino el presidente de la República, Francois Hollande.
Pero, como explico en mi libro, Alain Juppé y Francois Hollande contrajeron compromisos internacionales secretos que no pudieron cumplir. Sintiéndose engañado, Recep Tayyip Erdogan ordenó los atentados de París y el de Bruselas e incluso se felicitó por ellos de antemano. Esas dos operaciones fueron realizadas por dos comandos diferentes, aunque Mohamed Abrini, del MI6 británico, participó en los dos.
Nuestros sucesivos gobiernos han tomado decisiones tan abyectas que no se atreven a confesarlas. Yo he abordado esa situación en mis artículos, pero sólo a medias. Esa situación no puede mantenerse. No puedo soportar ver morir a nuestros compatriotas en el teatro Bataclan y en las terrazas de los cafés. Escribí este libro para sacar a la luz la ropa sucia y para que logremos un cambio.
Red VoltaireCon este libro usted vuelve a sumergirnos en el pasado que, aunque reciente, parecía haber quedado atrás: me refiero en específico al brillante discurso de paz de Dominique de Villepin ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en 2003, y a la intervención militar ilegal contra Libia, en 2011. ¿Cómo ha podido verse en Francia, en tan poco tiempo –sólo 8 años– el triunfo total entre nuestras «élites» de las tesis de los neoconservadores estadounidenses y de su profecía auto-realizada del «choque de civilizaciones» y la «guerra sin fin contra el terrorismo»?
Thierry Meyssan: En primer lugar, en mi opinión, no hay tal profecía: el «choque de civilizaciones» y la «guerra contra el terrorismo» nunca existieron. Lo que estamos viendo sólo es una guerra de un Imperio y sus aliados contra los pueblos del Medio Oriente Ampliado y contra el pueblo del Donbass. La novedad es que la Casa Blanca ya no gobierna el Imperio, quien lo gobierna es el Estado Profundo, algunos de cuyos dirigentes hemos podido identificar.
Luego, el alineamiento de las élites europeas tras la administración Obama es un fenómeno clásico de colaboración con el más fuerte, fenómeno que hoy se prolonga en contra de la administración Trump. Así que los europeos se han puesto al servicio de la oposición estadounidense.
Red VoltaireSobre ese tema, usted establece una diferencia notable entre las presidencias de Sarkozy y de Hollande, este último reactivó la guerra en Siria mientras que Sarkozy –que la había iniciado– se disponía, por pragmatismo, a salir de ella…
Thierry Meyssan: Aunque hay que decir que si Sarkozy se retiró sabiamente del conflicto sirio, anteriormente había proseguido la lucha contra Costa de Marfil y contra Libia hasta el último momento. Pero lo más importante no es eso. Los gobiernos de Sarkozy se dividieron en cuanto a la participación de Francia en el plan británico de las «primaveras árabes».
Tendríamos que rendir homenaje a quienes convencieron a Sarkozy de que hiciera la paz. Pero ahí se complican las cosas porque el Sistema los castigó a casi todos. Mientras que los medios cantaban loas a Alain Juppé, el prefecto Edouard Lacroix fue físicamente eliminado, Claude Guéant fue condenado a ir a la cárcel, Bernard Squarcini y Francois Fillon son ahora objeto de acciones judiciales. Hay que entender que esos ejemplos desestimulan a todos los que hoy pudieran poner fin a la guerra.
Red VoltaireSu libro comienza citando la siguiente resolución de la ONU:
«Todos los Estados deben abstenerse de organizar, ayudar, fomentar, financiar, estimular o tolerar actividades armadas subversivas o terroristas destinadas a cambiar por la fuerza el régimen de otro Estado, así como de intervenir en las luchas internas de otro Estado.»
Ese pertinente recordatorio de la base del Derecho Internacional parece ser perfectamente ignorado por la mayoría de nuestros responsables políticos, y también por los periodistas y los medios de difusión que se hacen eco de lo que dicen sin cuestionarlos nunca.
Thierry Meyssan: Esa citación está sacada de la resolución que detalla la significación de la Carta de las Naciones Unidas. Es un texto de referencia que, por supuesto, han estudiado todos los diplomáticos y periodistas especializados.
Olvidar eso siginifica que uno no tiene ya intenciones defender los principios del Derecho Internacional. Hoy estamos viviendo en un mundo hipócrita donde los responsables políticos y los funcionarios de la ONU dicen seguir la Carta pero la violan constantemente. Como muestro detalladamente en este libro, las actuales guerras en el Medio Oriente y el Donbass están siendo dirigidas política y logísticamente desde la sede de la ONU por el segundo responsable de mayor nivel de esa organización: el estadounidense Jeffrey Feltman.
Red VoltaireEn este libro, al contrario de los anteriores, usted ha optado por no citar las fuentes ni utilizar notas. ¿Cómo explica esa decisión, que puede dar pie a todas las acusaciones que no dejarán de oírse en su contra? ¿Apuesta usted por la inteligencia de los lectores?
Thierry Meyssan: En 2002, en La Gran Impostura 1 –sobre los hechos del 11 de septiembre de 2001, yo citaba fuentes oficiales que aparecían en internet. En aquella época todavía era poca la gente con acceso a internet y me reprocharon que no me apoyaba en la única fuente seria: las que existían en papel. En 2007, en La Gran Impostura 2 –sobre la agresión que acababa de tener lugar contra el Líbano– cité cientos de despachos de agencias de prensas e informes oficiales. Al ser imposible reprocharme algo, la prensa ignoró el libro. Esta vez no ofrezco referencias. Los personajes que cuestiono probablemente desmentirán y me acusarán de inventar cosas. Si quieren que saquemos los trapos al sol, estoy dispuesto a contestarles.
¿Sabe usted?, entre 2002, 2007 y 2017 he vivido muchas cosas, he aprendido mucho y madurado mucho. Nadie en Francia ha participado en los acontecimientos como yo lo he hecho.
Red VoltaireHace 10 años, su libro L’Effroyable Imposture 2. Manipulations et désinformations no fue objeto de ningún comentario en los medios. De hecho, la imagen de usted había sido tan denigrada que los libreros –que también son víctimas de la propaganda– recibieron su libro con reticencia, evitando darle visibilidad en sus establecimientos –como habitualmente se hace con un autor exitoso–, poniéndolo más bien lejos de las miradas, en los estantes, y llegando incluso a esconderlo hasta poniéndolo fuera del alcance del público, en el almacén. A pesar de eso aquel libro se vendió mucho. Dado el ambiente casi histérico alrededor de «Bachar», Putin y Trump, es evidente que este nuevo libro no contará con una acogida mejor que aquella. ¿Es posible ser optimista en cuanto a su difusión?
Thierry Meyssan: Estamos en una época diferente. Hace unos años casi todos creíamos cualquier cosa, si aparecía publicada en Le Monde. Hoy en día, la mayoría se interroga sobre las contradicciones de la retórica del pensamiento correcto.
Por ejemplo, supongamos que al-Qaeda sea un grupo de antioccidentales rabiosos que cometieron los atentados del 11 de septiembre. ¿Cómo es posible entonces que alguien haya exigido al general Carter Ham, comandante del AfriCom, que colaborara con al-Qaeda en Libia? Exigencia que, por cierto, lo llevó a protestar y puso fin a su misión. ¿Por qué Laurent Fabius apoyó [como ministro francés de Exteriores] a los Estados árabes según los cuales al-Qaeda «está haciendo un buen trabajo» en Siria? ¿Por qué Francia envió municiones a al-Qaeda en Siria?
Por eso podemos esperar que individualmente, uno tras otro, los franceses en general –y por tanto también los libreros– revisarán lo que creían saber desde el inicio de los acontecimientos. Si los hechos parecen incoherentes, ¿dónde está su lógica?
Red VoltaireThierry Meyssan, gracias por su tiempo y, sobre todo, por este libro extraordinario cuya lectura recomendamos a todos, además de recomendar también que lo den a conocer lo más ampliamente posible a su alrededor. ¿Quiere decir algo más, a modo de conclusión?
Thierry Meyssan: Cada cual debe ahora posicionarse ante algo que comenzó en el Medio Oriente Ampliado. Es un proceso que se inició en países lejanos, pero que ahora llega a nuestros países. Los atentados, por un lado, y la propaganda por el otro, ya están aquí. Si nos negamos a mirar la verdad de frente, nos aplastarán las fuerzas de las queremos a toda costa ser aliados. Mientras más esperemos, más difícil será defender la libertad en nuestro propio suelo.

Fuente : «Hablando de «Ante nuestros ojos»», por Thierry Meyssan, Red Voltaire , 19 de marzo de 2017, www.voltairenet.org/article195662.html



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Posted by Jaleo Juventud Andaluza Independentista on Miércoles, 15 de abril de 2015

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